La Reforma de Estado, tema que ha estado en discusión en los últimos años en nuestro país, pero que también ha sido una reforma permanente a lo largo del siglo XX. Este comentario lo hago por las tantas reformas que se le han hecho a la Constitución Federal del Estado Mexicano.
Desde mi punto de vista, el Estado como tal no necesita una gran reforma, más bien, algunos cambios que se adecuen a nuestros tiempos. Más que Reforma de Estado, se requiere que el marco jurídico sea eficaz. Decía el jurista y filosofo del derecho, Eduardo García Máynez, la eficacia del derecho se da cuando es observado y se cumple. La eficacia del derecho da pauta a un Estado de Derecho, término que es usado hoy en día por juristas, políticos, gobernantes.
Veamos por ejemplo, lo relativo a la economía; la Constitución Federal contempla un sistema de economía mixta. El Estado puede intervenir en la economía, pero no solo como observador, sino como agente económico, esta facultad la tiende desde hace décadas. A partir de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno Mexicano empezó a crear un Estado Empresario. Se crearon empresas paraestatales, las cuales llegaron a ser más de dos mil. El Estado Mexicano, era entonces un gran creador de empleos. Pero en el década de los ochentas se empezaron a aplicar políticas neoliberales, el Estado comenzó a privatizar paraestatales y reducir a lo mínimo su participación empresarial en el país.
Hoy en día la economía en el país no es mejor que antes de aplicación de las políticas neoliberales, por el contrario, se ha polarizado la sociedad económicamente, el rico se ha hecho más rico y el pobre más pobres. La Constitución Mexicana sigue dando las mismas facultades al Gobierno Mexicano para poder ser un gran empresario, pero el Estado sigue reducido en su participación como empresario a su mínima expresión. Porque no regresar a ser el Estado que era antes, el artículo 25 de la Constitución Federal establece que corresponde al Estado la rectoría económica del desarrollo nacional. Este desarrollo nacional está estancado desde hace décadas y no se han aplicado acciones que lo impulsen.
Este comentario lo hago solamente en relación al aspecto económico, pero hay aspectos de justicia, seguridad social, educación, etc. que no han sido eficaces, pero no porque necesiten reformas, sino porque no se observan y aplican su parte normativa.
Desde mi punto de vista, el Estado como tal no necesita una gran reforma, más bien, algunos cambios que se adecuen a nuestros tiempos. Más que Reforma de Estado, se requiere que el marco jurídico sea eficaz. Decía el jurista y filosofo del derecho, Eduardo García Máynez, la eficacia del derecho se da cuando es observado y se cumple. La eficacia del derecho da pauta a un Estado de Derecho, término que es usado hoy en día por juristas, políticos, gobernantes.
Veamos por ejemplo, lo relativo a la economía; la Constitución Federal contempla un sistema de economía mixta. El Estado puede intervenir en la economía, pero no solo como observador, sino como agente económico, esta facultad la tiende desde hace décadas. A partir de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno Mexicano empezó a crear un Estado Empresario. Se crearon empresas paraestatales, las cuales llegaron a ser más de dos mil. El Estado Mexicano, era entonces un gran creador de empleos. Pero en el década de los ochentas se empezaron a aplicar políticas neoliberales, el Estado comenzó a privatizar paraestatales y reducir a lo mínimo su participación empresarial en el país.
Hoy en día la economía en el país no es mejor que antes de aplicación de las políticas neoliberales, por el contrario, se ha polarizado la sociedad económicamente, el rico se ha hecho más rico y el pobre más pobres. La Constitución Mexicana sigue dando las mismas facultades al Gobierno Mexicano para poder ser un gran empresario, pero el Estado sigue reducido en su participación como empresario a su mínima expresión. Porque no regresar a ser el Estado que era antes, el artículo 25 de la Constitución Federal establece que corresponde al Estado la rectoría económica del desarrollo nacional. Este desarrollo nacional está estancado desde hace décadas y no se han aplicado acciones que lo impulsen.
Este comentario lo hago solamente en relación al aspecto económico, pero hay aspectos de justicia, seguridad social, educación, etc. que no han sido eficaces, pero no porque necesiten reformas, sino porque no se observan y aplican su parte normativa.
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